Fototop

Gabriel Encinar

Una mulatita de Brasil

Era una muchacha llena de sol
mulatita ella
ay, cuánto calor,
un día decidió venirse p´a España
se metió en un barco
ay, de polizón.
Y así sin papeles al llegar a puerto
se tiró p´al agua
se puso a nadar,
y alcanzó la orilla
después de tres millas
largas como un día
como un día sin pan.

Toda empapaíta
echó a andar
y después de un trecho
le dió por llamar
en una casita
que se ofreció
en aquel camino
que ella eligió;
detrás de la puerta
un señor azul
le dijo mi alma
qué te puedo dar,
deme una ropita
y algo caliente
mire soy decente
vengo del Brasil,
y el señor azul
con ojos de pena
le puso la cena
y un vestido gris,
y ella sin querer
se durmió en sus brazos
y al amanecer
se tuvo que ir.

Hoy vende su cuerpo
para vivir
esta mulatita
ay, del Brasil.

Y todas las noches
al irse a dormir
recuerda la casa
del señor azul.

Y en una redada
en plena faena
terminó su estancia
en nuestro país.
Tras ser conducida
a comisaría
ella se decía
me ha tocao a mi;
allí fue violada
en tres ocasiones
por los inspectores
de la Judicial.

Y tras una orden
ay, ministerial,
esta mulatita
regresó al Brasil.

Y todas las noches
se va a dormir
pensando en la casa
del señor azul;
el triste señor
con ojos de pena
que le dio la cena
y un vestido gris Licencia CC by-nc-nd