Mil novecientos setenta, Navidad, camión de mudanzas, frío… mucho frío.
El veterinario de MEIRA ( D. Fermín Encinar Gándara ) y su esposa ( Dª María Dolores Arias Rey ) se trasladan con su familia a la maravillosa ciudad de La Coruña: campo de fútbol de Riazor, el R.C. Deportivo, playas de Riazor y del Orzán, su mar, su rotonda, y como no, el BARRIO.
Ahí estábamos Antonio Canedo, Victor, Rober, Ramón (Moncho), Suso, Pacorro, Javi (Gorriti), Goyo (Goyito), Marcos (el Inglés), Luis Bautis, Santi (Farruco), Richar, Manuel (Neskens), Juan (Ballorca) Manolo (Monforte), Cobas, Lito, Gene (y familia). “La Quinta Patata” el bar de Luis y Fernando, y aquella pequeña ¿Carmiña? La Bollería” de Eva y el Sr. Manolo (gracias a Miguel y Santi por la leche y el pan durante tantos años). “El Tesoro” de Jaime y Mundo (Mundito). El super “Claudio”, la sala de juegos “Munich 72” con tres futbolines, billar francés de carambolas, máquinas “Petaco” y “Maresa” (con sus vigilantes “Popeye”, el “Botones”…). Allí en la sala de juegos, días y días, peleas, pipas – muchas pipas “Iscariense” de “a peseta” y luego las “Facundo” de “a cinco pesetas”-.
Gabriel Encinar llega así a La Coruña en el año 1970, sus padres lo matriculan como alumno en el colegio “Eusebio Da Guarda” sito en la Plaza de Pontevedra donde cursa la E.G.B. (Enseñanza General Básica). Posteriormente es matriculado en el Instituto Masculino (“Salvador de Madariaga”) donde cursa B.U.P. (Bachillerato Unificado Polivalente) y C.O.U. (Curso de Orientación Universitaria) finalizando esta etapa estudiantil con una nota general de NOTABLE.
Durante este tiempo Gabriel compagina estudios y juegos con su auténtica vocación: EL FÚTBOL.
Al verlo jugar en el colegio, un amigo le propone fichar por el Deportivo. Hace una prueba y el Sr. Naveira (su segundo padre) comprueba sus habilidades con el balón. Desde entonces, Manuel Naveira, no ceja en su empeño para hacer de Gabi (Gabriel Encinar) el interior izquierdo del Deportivo.
Así juega en los Benjamines, Alevines, Infantiles y Juveniles.
A los doce años viaja a Barcelona para jugar un torneo internacional: el “VI Torneo Internacional” que organiza el C.D. San Gabriel, en San Adrián del Besós. Allí se enfrenta al “San Fausto” – segundo equipo del Barcelona – y al “San Gabriel B” a los que el equipo del Deportivo derrota por 5-0. Así se clasifica para las semifinales. Finalmente, juega el tercer y cuarto puesto contra el equipo “Estrella Damn” donde El R.C. Deportivo vence en esta ocasión por 3-0, quedando así tercero en el torneo.
Aquellos chavales éramos: (De pie de izquierda a derecha) Diz, Justo, Patiño, José Antonio, Joaquín, Campos, GABRIEL, Herranz, Jesús Manuel y Santi . (Debajo de izquierda a derecha) Souto, Agulló, Menéndez, Alberto, Lino y Losada.
Los nombres en la reseña del Ideal Gallego de fecha Julio de 1974 son correctos. No así el orden de los mismos. De ahí que los haga constar tal y como es lo apropiado.
Ya jugando la segunda temporada en los juveniles del Deportivo, Gabriel sufre una lesión que le cambiará la vida. Todo comenzó con un dolor agudo en la parte izquierda del muslo derecho. Siendo asistido por el Dr. Barbeito y por el enfermero Ismael, médico y enfermero por aquel entonces del R.C. Deportivo de La Coruña, le animan a seguir entrenando pero ante la persistencia del mal, los padres de Gabriel toman sus medidas. Medidas que obtienen su fruto tras ocho largos, dolorosos y amargos meses de reposo inútil, de operación de amígdalas inapropiada, de diagnósticos equivocados…Por fin, un profesional de medicina deportiva, ataja el problema. Gabriel – le dice – tráeme dos radiografías de la espalda hechas de pié. El resto de doctores en medicina, no repararon en tal detalle: hacer las radiografías de pié y no acostado. Efectivamente, en reposo su espalda no mostraba la escoliosis provocada por el “estirón” que se da a tales edades.
DEPORTIVO JUVENIL: “Estadio de Riazor” 1977
De pie, de izquierda a derecha: Alfredo, Calvete, Carlos, GABRIEL ENCINAR, Ramiro, Andrés y Luís Ucha (Entrenador).
Agachados, de izquierda a derecha: Tito, Chechu, Santi, Jorge, Bardanca, Alberto y Pedro.
Su gran amigo Goyo, vecino y compinche de fechorías, le visita cuando Gabriel Encinar está pasando por este mal trago. Ante la perspectiva de su amigo Gabi de no salir apenas de casa salvo para ir a clase y acudir a sus citas médicas, le aconseja que aprenda a tocar la guitarra. Su amigo Goyo le enseña tres acordes básicos: LA – RE y MI en la vieja guitarra que los hermanos de Gabriel Encinar tenían en casa.
Al día siguiente, un compañero de clase le ofrece una guitarra española por 2.000 pesetas. Gabriel Encinar tiene su primera GUITARRA.